El Ministro de Energía, quien con sus declaraciones a la prensa se ha convertido en el principal lobista de las centrales eléctricas que más oposición tienen entre la ciudadanía, se empeña en decir que el caso Barrancones fue una excepción. A la luz de sus declaraciones, quedó más que claro que los estudios de impacto ambiental son un trámite innecesario, ya que la decisión final de todos los proyectos altamente contaminantes la tiene la Corema, compuesta por funcionarios del Gobierno de turno y que votan en bloque según lo que les ordena el Ejecutivo. Por lo tanto, la excepción no hace más que confirmar una regla: los ciudadanos estamos en una total indefensión y la única forma de defendernos es, como en el caso Barrancones, ejercer la presión social. Y así será hasta que no exista una legislación ambiental seria en la que primen los argumentos técnicos sobre los políticos. Hoy, los vicios en el proceso de aprobación se repiten con Los Robles en el Maule, y Castilla en Atacama.El tema energético es a fin de cuentas, el gran tema que hay que abordar como nación, pero crecer a cualquier costo es una irresponsabilidad para las futuras generaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario