miércoles, 25 de agosto de 2010

Inexistente política estatal a largo plazo en materia de matriz energética.

"Los miembros de la Corema que dependen de La Moneda votaron a favor"
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Tomás Mosciatti analiza en su columna la aprobación de la central Barrancones en Punta de Choros y la inexistente política estatal a largo plazo en materia de matriz energética.

Este martes la Corporación Regional Medioambiental (Corema) de Coquimbo aprobó la instalación de la termoeléctrica a carbón Barrancones, de la empresa Suez Energy, en caleta Chungungo, muy cerca del santuario natural de Punta de Choros.

"Estas termoeléctricas a carbón utilizan muchísima agua y por eso tienen que estar siempre cerca del mar. Esta agua se usa para enfriar todo el sistema de producción de energía, esa agua caliente va al mar y eso es lo que produce desequilibrios ecológicos", explicó desde Radio Bío-Bío Tomás Mosciatti.

15 funcionarios, todos de la exclusiva confianza del presidente Sebastián Piñera, votaron a favor de la termoeléctrica y sólo cuatro miembros de la Corema se opusieron, todos ellos son consejeros regionales. "O sea, los miembros de la Corema que dependen de los votos locales, votaron en contra. Mientras que todos lo que dependen del poder central o de La Moneda, votos a favor", acotó Mosciatti.

Entre los años 2000 y 2008 el 78% de las centrales que entraron a los estudios de impacto ambiental son termoeléctricas y la mayoría de ellas funciona a carbón.

En su columna del miércoles Mosciatti señaló que esto no es una excepción, puesto que lo mismo ocurrió con la central Campiche, 242 megawatts, perteneciente a AES Gener en Puchuncaví. "Si alguien va a ese lugar se encuentra con un paisaje lunar. Se aplicó la política de los hechos consumados, se va a construir sobre un área verde y se modificó la legislación solametne para que esta central Campiche siguiera en su construcción", dijo.

También indicó lo que ocurre con la termoeléctrica Castilla, el segundo proyecto energético más grande en Chile después de Hidroaysén, propiedad del empresario brasilero Eike Batista en el norte del país. "Había tenido un informe desfavorable del seremi de Salud, que decía que era contaminante, y el nuevo seremi de Salud, representante del Gobierno de Sebastián Piñera, funcionario de la exclusiva confianza, ha dicho que en realidad no es contaminante sino que simplemente es una industria moderna y le dio la luz verde", sentenció Mosciatti.

Las termoeléctricas no están obligadas en Chile a actualizar los aparatos con los que funcionan, y se quedan con los obsoletos, generando así más contaminación.

"En su tiempo el ministro de Economía, Minería y Energía, Jorge Rodríguez-Grossi fue nombrado por el presidente Ricardo Lagos, era gerente de la generadora Guacolda, pasó a hacerse cargo del sistema eléctrico y cuando se fue, se fue a AES Gener. Y él fue uno de los grandes responsables de esta matriz que nosotros tenemos que es a carbón", indicó el columnista.

Durante el Gobierno de Michelle Bachelet Chile fue uno de los países que más aumentó su contaminación de gases de efecto invernadero, mientras en los países desarrollados se está comenzando a medir el rastro de las emisiones de CO2 que genera un producto desde el comienzo hacia su consumo. En Gran Bretaña se hizo un llamado a los ciudadno a no consumir cerezas chilenas en la pasada navidad. "Los mercados internacionales se van a cerrar progresivamente si seguimos produciendo energía a carbón como lo estamos haciendo", acotó Mosciatti.

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